En su cuarto, entre luces y sombras,
una niña escribe su alma en un papel.
Sus pensamientos giran como hojas al viento,
mientras el mundo le pide crecer.
A veces ríe sin razón alguna,
otras, las lágrimas le mojan la piel.
Busca quién es entre mil reflejos,
sin saber si es la misma de ayer.
Su corazón late con fuerza y con miedo,
por amores que apenas empieza a entender.
Quiere volar, pero teme caerse,
quiere gritar, pero calla también.
Los adultos la miran y no comprenden
que dentro de ella hay un universo fiel,
hecho de dudas, de sueños, de versos,
y un fuego que no sabe esconder.
No es niña, tampoco mujer,
es un puente que apenas empieza a crecer.
Y aunque tropiece mil veces con dudas,
su luz, algún día, brillará con poder.
Y cuando la vida ruja con tormentas,
y sienta que el alma se quiere romper,
que alguien la abrace con fuerza infinita
y le diga al oído: “Eres más fuerte de lo que crees, todo está bien.” 🤍
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