Desde que mi mundo dejo la adolescencia, y me adentre al mundo real, he conocido y escuchado experiencias de todo tipo de mujeres que caen en la infidelidad.
Hay un patrón, un principio que las lleva a la iniciación de este juego. Basta con imaginar que su "pareja" jugo chueco para cobrársela, puede ser solo un encuentro, o hasta que sientan que la deuda esta saldada.
En algunos casos pierden el motivo principal y se enamoran como quinceañeras, porque el juego es un shot de adrenalina pura, que genera adicción. Adicción a esa sensación de pasión arrebatada. Como decir que no a lo que parece tan fácil y que te vuelve a hacer hervir la sangre. Es tan fácil esconderse tras una comida de trabajo, una reunión con amigas, una junta de un par de horas. Y después llegar a casa y volver a la estabilidad de la vida, y en silencio mirar a tu marido, pensando... "Estamos a mano".
Hay un patrón, un principio que las lleva a la iniciación de este juego. Basta con imaginar que su "pareja" jugo chueco para cobrársela, puede ser solo un encuentro, o hasta que sientan que la deuda esta saldada.
En algunos casos pierden el motivo principal y se enamoran como quinceañeras, porque el juego es un shot de adrenalina pura, que genera adicción. Adicción a esa sensación de pasión arrebatada. Como decir que no a lo que parece tan fácil y que te vuelve a hacer hervir la sangre. Es tan fácil esconderse tras una comida de trabajo, una reunión con amigas, una junta de un par de horas. Y después llegar a casa y volver a la estabilidad de la vida, y en silencio mirar a tu marido, pensando... "Estamos a mano".
