Hablaré de mi género. Hombres: por favor no se espanten. Las estadísticas de que las mujeres son más infieles, son ciertas. Las principales causas: Falta de atención de nuestros propios hombres y venganza. Así es, a diferencia de los hombres que engañan por darse un gustito, nosotras lo hacemos por el gusto de saldar cuentas.
Es verdad que muchas justifican su infidelidad con solo haberse imaginado que él fue o es infiel, sin siquiera tener una prueba determinante. Basta solo con imaginarlo para buscar una oportunidad que iguale las circunstancias, siendo necesario quizá más de un encuentro para que así la deuda se balance. El secreto de las mujeres es que cuidamos cada movimiento y nunca perdemos el control, tenemos el poder de decidir cómo, cuándo y dónde.
Y no solo baso esto con historias de conocidas y amigas
sino que yo misma, alguna vez, caí en ese juego por ignorancia de manejo y de
consecuencias; créanme, eso que nos dicen de que todo se paga, es muy cierto.
Un día estaba en una de esas rachas que pasan alrededor
de los 3 años de noviazgo, nos alejamos y mi inmadurez me llevó a aceptar una
comida de un chico que conocía desde hacia poco. Esa comida llevo a otra y
otra, y en ellas me hablaba de un mundo diferente y me abría la oportunidad de vivir
nuevas cosas. Llenaba el tiempo con grandes historias, risas, grandes ofertas y
eternas promesas. Un mundo que aparentaba ser por siempre perfecto, sin los
problemas de mi noviazgo que me habían agotado. Pensé que podía manejar esa
situación pero se me fue de las manos, lastimé profundamente al hombre del que
estaba enamorada y lo perdí para siempre. Aquel chico nuevo fue tan fugaz como
el sentimiento.
Hoy, mujeres casadas son infieles por que necesitan esa
chispa del que gozamos las solteras cuando el juego de la conquista es el
objetivo de un nuevo chico que nos envuelve de romanticismo, detalles, besos,
pasión arrebatada y dulces palabras. Algunos hombres casados creen que sus
mujeres ya son terreno conquistado y descuidan el romance con las mujeres que
orquestan su casa y su familia. Así que si desean no ser cuerneados, NECESITAN
darles ROMANCE, no solo para hacerlas felices, si no que además alimentarán su
propia felicidad. Pues no hay como una mujer y un hombre enamorados.
La falta de esto, en ambos sentidos, más la aparición en
un momento crítico de un tercero en discordia, puede ser el inicio de
pertenecer a ese circulo de infidelidad que nunca perdona: ¿triste o
humano?¿Jugar con fuego o el juego de
la vida?, ¿velas prendidas que eventualmente provocarán un incendio? Lo que es
cierto es que el coqueteo inocente quizá nos alimenta el ego, después viene el
gran juego y en la mayoría de los casos pierdes: tu vida, pareja, credibilidad…
Evitar lastimar a quien hemos elegido como nuestra pareja, ese sentimiento de
saldo en cero y sentirte integro, no tiene precio. Irte sin deudas con la vida,
no es fácil, lo sé, pero el sentimiento de integridad al 100% es mejor que el
de ser “quien fallo”. Siempre hay un punto donde sabes que un paso al frente
será una elección con consecuencias no negociables.
Maria del Alma