Y por fin llegamos a un lugar seguro y todas las televisoras del lugar están encendidas, mis hijas no se dieron cuenta y tienen la misma energía y alegría de siempre, mientras trato de no poner mucha atención y escuchar en segundo plano el alcance de lo que la naturaleza provocó, espero a que la red telefónica se conecte de nuevo para saber que mi familia esta bien y encontrar fuerza para seguir y levantarse a un mañana que no volverá a ser igual...
Ahora el movimiento de mis pies tiene forma y me doy cuenta de que todo el tiempo la tierra se mueve... siento hasta el aire que rompe cada cuerpo, los siento al pasar... ahora los miro a los ojos y nuestras miradas se abrazan deseando que el entorno de ese hermano nacional este bien, me detengo en una esquina y miro a mi alrededor abriéndome a los detalles que pasaban de largo... tantos años viviendo por aquí y no había notado aquel lindo edificio clásico de hermosos balcones y me pregunto que tan viejo será y un ruido regresa mi vista a PB y me muevo no vaya a moverse la tierra y la gente viene y va, pero más despacio, en silencio y nos miramos, en cualquier momento podrían ser nuestros compañeros de desastre desde cualquier lado de la película. Camino acelerando el paso como si eso lograra adelantar el tiempo y estar de vuelta con mis hijas antes, tomo el camino largo que es más seguro. El elevador con 25 personas dentro en hora pico tiene un silencio sepulcral. Los celulares están en los bolsillos, ha sido suficiente información... es hora de poner atención y vivir y dejar que el tiempo se lleve este dolor nacional.
#FuerzaMexico
Ahora el movimiento de mis pies tiene forma y me doy cuenta de que todo el tiempo la tierra se mueve... siento hasta el aire que rompe cada cuerpo, los siento al pasar... ahora los miro a los ojos y nuestras miradas se abrazan deseando que el entorno de ese hermano nacional este bien, me detengo en una esquina y miro a mi alrededor abriéndome a los detalles que pasaban de largo... tantos años viviendo por aquí y no había notado aquel lindo edificio clásico de hermosos balcones y me pregunto que tan viejo será y un ruido regresa mi vista a PB y me muevo no vaya a moverse la tierra y la gente viene y va, pero más despacio, en silencio y nos miramos, en cualquier momento podrían ser nuestros compañeros de desastre desde cualquier lado de la película. Camino acelerando el paso como si eso lograra adelantar el tiempo y estar de vuelta con mis hijas antes, tomo el camino largo que es más seguro. El elevador con 25 personas dentro en hora pico tiene un silencio sepulcral. Los celulares están en los bolsillos, ha sido suficiente información... es hora de poner atención y vivir y dejar que el tiempo se lleve este dolor nacional.
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