Había una vez

En un lugar muy muy lejano, hace muucho muucho tiempo... ella se detuvo a  ver los detalles de lo construido, miraba las pequeñas fallas de la construcción que hacían vulnerable ese espacio donde aprendiio a vivir, observaba con detalle desde cada ángulo tratando de entender la razón de cada error. Mientras miraba por el orificio de una ventana rota, unos nuevos ojos se asomaban del otro lado, una mirada tan organica, natural y real que hizo que fijara ahí su mirada. Él tomo sus manos y le enseño a tapar los pequeños desperfectos que se habían quedado al tiempo, tomo ese espacio y lo convirtio en un palacio. Le pinto un gran paisaje y borro las nubes grises. Ella incrédula, observaba, mientras veia como el nuevo mundo se hacia grande  y tomaba forma. Ella lentamente soltaba temerosa sus miedos mientras él la escuchaba, curaba sus heridas, secaba sus lagrimas, tejía su corazón, la cubria del frio, frotaba sus pies cansados, cepillaba su cabello, acariciaba sus manos y pintaba sus labios con una sonrisa. Ella por fin pudo descansar, se quedo dormida mientras el reconstruía y materializaba los sueños que ella ya había olvidado, y fueron felices.