17.2.22

El secreto de la conquista a sus pies

Hace unos días salí con un grupo de amigas, casi todas de ellas casadas, tenían años sin salir a bailar, estábamos como niñas en un parque de diversiones. Entre cantar, bailar y reírnos hasta cansarnos, avanzó la noche. De pronto, un chico que llevaba observando  a Jahel por casi una hora, se acercó con sonrisa temerosa,  le ofreció un trago y le dijo algo al oído. Ella solo lo miró por un segundo y le respondió un frio y molesto: ¡No! Lo vi rendirse y alejarse. Me dio pena, pues no parecía fácil haber decidido acercarse para que de una, lo abrieran. Así que decidí compartir con todas ellas el recuerdo que viví unos meses atrás, sobre una escena similar y la plática que tuve con el chico que me acompañaba esa noche.

En  aquella plática hablamos del approach y la conquista. Él decía, que a diferencia de ellos, cuando nosotras salimos en grupo a un bar, no salimos con la intención de ligar (no lo quise desmentir), pero al igual que ellos, tenemos en mente que puede llegar a ser una lucky night.

Explicaba que el trabajo de preparación de los chicos incluye: mente, cuerpo y espíritu. Se mentalizan en que conquistarán a la mejor chica de la noche y mientras nosotras  prospectamos al ligue casual a ser  “el bueno”, ellos solo piensan en lo lindo que se vería tu vestido tirado en el piso de su apartamento.


Él continuaba confesando: una vez preparado, se avienta al ruedo en busca  de su víctima, con cuerpo erguido, sonrisa casual y postura de poder. De pronto  la ve, estudia su entorno que dará los parámetros del reto a cumplir. Se reporta por unos minutos para asegurar la respuesta a los juegos de miradas. Al contar con el primer cambio de luces, define la estrategia, repasa mentalmente la escena  mientras selecciona cuidadosamente las palabras que dará a la única oportunidad que tiene para obtener un pase de entrada o salida definitivo. Ahí esta su mayor secreto, y es donde debemos estar más alerta, pues no solo es su único pase si no nuestra única oportunidad de salvarnos y de huir a tiempo.

Por fin llega el momento esperado. Entre la multitud, se acerca el valiente cazador. Si tiene suerte y logra tu atención, inicia la audición.  Observas como luce, habla y sonríe, mientras escuchas el speech seleccionado que de antemano sabes que es un borrador ya utilizado en varias ocasiones. Ahora todo depende de ti, de dejarlo pasar según el control de calidad de tus mínimos requeridos.

En este punto, él hizo una pausa para hacer una petición en nombre de su género: que antes de batear al valiente cazador, nos detengamos por un segundo a hacer un acto de buena fe con la idea de evitar destrozar su ego masculino. Si cambiamos el bien aprendido, frío y cortante: “no”, por: “perdón, tengo novio”, aunque bien podría ser mentira, puede cambiar todo para ellos, haciéndolos creer que la única barrera es el estorboso novio. Así, evitamos que se sienta un patético perdedor que lo lleve a un emborrachamiento amnésico en donde se ligaría a la última mujer que jamás hubiera escogido, para después convertirse en la comidilla de sus amigos, o lo que es peor colaborar para forjar su patanería.

Si hubiera conocido la  “frase mágica” antes, no habría perdido varios meses de mi vida, y me habría ahorrado una gran parchada de corazón con este mismo personaje, pues cuando lo conocí supe que debía correr desde que escuche sus primeras palabras. Él no hubiera insistido, y habría aceptado el hecho. Pero al no haber intermediarios me volví un reto más. Y no es que no haya sabido decir que no, hasta se lo repetí, pero él es un artista en este tema y mi negativa alimentaba su estrategia encantadora. Con eso ni mi record de bateo preventivo fue inmune.

Así que hoy les comparto este secreto,  que no solo es una obra de caridad para ellos, si no una salida rápida para nosotras al detectar las primeras y claras señales de peligro a las que debemos hacer caso si o si, y evitar descalabros emocionales innecesarios.

María del Alma.

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