Siempre he creído que hay un destino, una serie de circunstancias que nos presenta la vida con la intención de prepararnos para su llegada, el momento perfecto, el lugar indicado, un día cualquiera de pronto el famoso mágico momento llega, ese día todo toma sentido. Por eso jamás me aferro a nada y dejo que la vida siga su curso.
Me decían que cuando llegara lo sabría… que el mundo y mis carentes creencias cambiarían, que vendría con identificación, que nos reconoceríamos, que las reglas y los tiempos no importarían.
Me han servido en charola unos pinchos de sentimientos de nuevos sabores, hemos intercambiado copas llenas de fe, de ganas, de apuesta, de sueños, de hechos, de planes, de palabras, de miradas, de caricias, de certeza, de besos y nos bebemos de a poco y a grandes tragos este amor sin explicación, han penetrado mis ojos con palabras que solo se puede decir con miradas, han salido de mis labios palabras que no estaban en mi diccionario… un perfecto desconocido a quien siento he conocido toda la vida le pone voz a lo que pasa por mi cabeza y materializa lo que siempre quise en silencio...ME hace sentir a salvo, no me sentía así desde que era niña.
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